Un primer acercamiento al concepto de asertividad, tan de moda últimamente, consiste en relacionarlo con la parte interpersonal de la Inteligencia emocional y con la autoestima y supone un “quedar bien con los demás sin dejarse pisar”.
Sin embargo, no se trata de que la persona asertiva sea la que gane siempre, sino aquella persona que siente un elevado respeto por sí misma y por los demás, que posee una adecuada autoestima y mantiene unas relaciones sociales satisfactorias.
La asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás. Y de ser capaces de racionalizar esos miedos que en muchas ocasiones y quizás sin motivos nos paralizan y nos hacen sentir muy mal.
Hay que recordar que somos animales sociales y de que gran parte de nuestra vida se desarrolla en ese contacto con los demás, por eso, se puede decir, que “el hecho de que una interacción sea satisfactoria depende de que nos sintamos valorados y respetados” y ello a su vez NO depende tanto del otro, sino de que cada uno posea una serie de habilidades para responder correctamente y de una serie de convicciones o esquemas mentales que nos hagan sentir bien con nosotros mismos.
Desde un punto de vista hedonista, el ser humano busca a lo largo de su vida la “Felicidad”, cuyo significado es distinto para cada uno. El secreto está en que cada persona ha de encontrar “qué es lo que la hace realmente feliz y dedicar su existencia a su consecución”.
Sea lo que fuere, algo hay en común, y es que las personas plenas, realizadas, auténticas, felices, ven la vida con optimismo e ilusión, tienen una elevada autoestima (respeto por uno mismo) y manifiestan sus emociones y sentimientos de una forma adecuada y natural.
Hay que recordar que en el comportamiento de las personas se aprecian tres componentes:
• Aspecto cognitivo (lo que pensamos).
• Aspecto emocional (lo que sentimos)
• Aspecto conductual (lo que hacemos).
Respecto a esos tres aspectos, una persona asertiva se caracteriza por:
• Pensamientos: Conocen y creen en unos derechos para sí mismos y para los demás. Sus convicciones son generalmente racionales.
• Emociones y sentimientos: No se sienten superiores ni inferiores a los demás, están satisfechos en sus relaciones, controlan sus emociones, sienten respeto por sí mismos y por los demás.
• Comportamiento externo: Hablan con seguridad, sin bloqueos, con un contacto ocular directo, postura corporal relajada. Expresan sus sentimientos, tanto positivos como negativos, se defienden sin agredir. Son capaces de discrepar abiertamente, de pedir aclaraciones, saben decir no y saben aceptar sus propios errores y limitaciones.
Las personas asertivas son consideradas buenas pero no tontas, no van tanto a ganar/perder, sino a llegar a un acuerdo en el que las dos partes salgan satisfechas.
A la hora de mejorar nuestra asertividad, pretendiendo llevar una vida más plena y feliz, y con menos miedos, o al menos con ellos más racionalizados o interiorizados, hemos de trabajar en los tres aspectos mencionados, de forma progresiva y gradual, siendo conscientes de que lleva su tiempo y su esfuerzo.
Nuestra forma de ver la vida y de comportarnos es el resultado de muchos años de aprendizaje y de experiencias que no se pueden cambiar radicalmente de la noche a la mañana, aunque siempre es posible mejorar, pero hace falta entrenamiento.
Hay quien piensa que la forma de ser o el carácter no cambia, sin embargo, por naturaleza estamos en un continuo devenir y adaptación, evolucionando permanentemente, aprendiendo algo todos los días. Si bien es cierto que a menor edad resulta más fácil, a mayor edad no es imposible y tenemos la ventaja de la experiencia vivida.
Al trabajar sobre los tres aspectos conviene tener presente que están íntimamente relacionados. Normalmente, si pienso de una determinada forma, siento en ese sentido y actúo en consecuencia. Es importante pararse a racionalizar los pensamientos o convicciones que uno tiene, ya que las creencias son el soporte que impulsa una serie de pensamientos automáticos que matizan nuestro comportamiento.
Hay que recordar que la forma en que nos comunicamos es nuestra tarjeta de presentación. Muchas veces nos comunicamos de una forma agresiva, enfadada, insegura, sumisa o SINCERA, SERIA Y FIRME.
Una persona es ASERTIVA cuando es capaz de manifestarse como es, de decir lo que piensa y siente, sin provocar en los demás conductas agresivas, de rechazo o huida. Y por lo tanto tiene más o menos autocontrolados sus miedos.
Tenemos que ser conscientes de que el miedo nos paraliza en muchas ocasiones. Que hay momentos en los que nos cuesta tomar decisiones personales o profesionales por miedo, “que pensaran los demás” “y si me equivoco” “ y si al final las cosas no son como yo esperaba”.
Hay que aceptar el miedo como algo natural y recordar que gracias a él, hemos sobrevivido, pues si no hubieran tenido miedo los hombres primitivos, es posible que ya hubiéramos desaparecido.
Lo que hacen las personas asertivas es ser conscientes y reconocer ese miedo, pero buscar la mejor forma de enfrentarse a él y poder superarlo. Y recordar la famosa frase de Lao Tse “No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe vencerlo”.
Y por cierto, hablando de miedos y recordando a Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán, que decía: “El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.”
Fuente con Licencia CC3.0: Decidetuformadevida.com – ¿Somos asertivos o tenemos miedos? por Pilar Herrero.
Excelente aporte! Gracias…
Un artículo interesante, claro y muy bien escrito. Gracias 🙏