La mayoría de los mamíferos tienen un muy buen sentido del olfato, tanto que lo utilizan para comunicar estados emocionales como el miedo, la ira y también la disponibilidad sexual.
Pero los primates se alejaron del resto de los mamíferos hace unos 55 millones de años, relegando el olfato y dedicándole más espacio en el cerebro a la vista. Hoy en día, casi todos los primates, nosotros incluidos, son principalmente visuales, pero al parecer, según nuevos estudios, no perdimos del todo la capacidad de oler el miedo.
Más de una vez nos han dicho que los perros huelen el miedo y que pueden actuar en consecuencia de ello, pero… ¿Hasta qué punto es esto cierto? ¿Qué sustancia huelen si es cierto que detectan así el miedo?
Debemos partir de la base de que los perros son cazadores, y como cazadores tienen habilidades especialmente desarrolladas para ello: son capaces de reconocer que una presa está débil o enferma. Esto lo consiguen leyendo el lenguaje corporal.
Cuando un perro tiene miedo podemos apreciarlo a simple vista: se eriza el pelo, mete el rabo entre las piernas… Esto es su lenguaje corporal, pero nosotros de la misma forma cuando tenemos miedo actuamos de forma diferente, la postura, el andar, la voz… todo esto son señales que el perro recibe como debilidad y por tanto está reconociendo el miedo.
Por otro lado existen estudios que afirman que tanto los perros como otros animales son capaces de oler la adrenalina, sustancia que liberamos cuando estamos nerviosos o tenemos miedo.
EL sistema olfativo de la mayoría de mamíferos está muchísimo más desarrollado que el nuestro y por ello serían capaces de captar y reconocer los “restos” de hormonas liberadas durante el estrés. Sin embargo, no existen aun pruebas concluyentes de que la adrenalina sea la sustancia indicadora del miedo.
Denise Chen, psicóloga de la Universidad Rice de Houston hizo realizó un experimento en el que quiso comprobar si los humanos teníamos también desarrollada esta capacidad. Tras ponerle unas películas de terror a unos voluntarios, recogió el sudor que estos habían desprendido durante el visionado de la película.
Más tarde se les hacía una serie de preguntas mientras olían aleatoriamente gasas impregnadas en el sudor recogido y otras con otros aromas. Como resultado obtuvo que las preguntas respondidas mientras olían el humor axilar fueron mucho más efectivas y rápidas.
Esto indicaría que los humanos de alguna forma también detectamos el miedo por el olor de las sustancias u hormonas desprendidas con el sudor aunque no seamos conscientes de ello. De cualquier modo serán necesarios más estudios que determinaran las sustancias indicadoras y que provocan una reacción diferente ante ellas.
Fuente con Licencia CC3.0: Drosophila – Los humanos también olemos el miedo por Sara Pinto Morales.