No todos somos iguales, y por eso siempre suele haber mayorías y minorías para todo. En muchas ocasiones la mayoría está formada por tanta gente que se nos puede olvidar que existen los grupos minoritarios. En este artículo hablaremos de un grupo de población a veces olvidado e incluso “demonizado” en algunos momentos de la historia: los zurdos.
En la actualidad se estima que tan sólo un 10% de la población mundial es zurda. Unas cifras muy bajas, tanto que hasta la propia palabra lo dice: zurdo significaba extraño, incluso la palabra siniestro es una derivación de sinistro, que significa mano izquierda. En cambio, diestro significa hábil, definición que permanece hasta la actualidad.
Sin embargo, a pesar de estas definiciones, no existe ningún estudio que haya demostrado que los zurdos sean más torpes que los diestros (excepto al manejar objetos diseñados para diestros, como cuchillos, tijeras o abrelatas), ni que haya diferencias frente a inteligencia, esperanza de vida u otras características (por mucho que una vez al año por rellenar el tiempo de emisión los telediarios se empeñen en afirmar que sí existan diferencias).
Si buceamos en la literatura, la única diferencia confirmada entre zurdos y diestros es que hay un porcentaje mayor de zurdos que de zurdas, aunque se ignora el motivo.
Lo poco que sabemos de los zurdos
Aun así, es bastante sorprendente ver lo poco que se sabe sobre los zurdos. En términos generales, sabemos que ser zurdo o diestro depende en parte de la genética. Pero no es una genética sencilla que se transmita de padres a hijos de una manera predecible, como los grupos sanguíneos, sino que para que alguien sea zurdo debe tener una combinación muy especial (y en parte desconocida) de genes mutados.
Se piensa que las pocas probabilidades de que se de esta combinación es lo que hace que existan tan pocos zurdos en el mundo, en comparación a la cantidad de diestros.
Estas mutaciones genéticas en particular actúan en la formación del cerebro del embrión. Todo el desarrollo en el vientre materno se basa en la activación de diferentes genes que codifican proteínas que actúan las unas sobre las otras siguiendo una “coreografía” muy específica. De todas estas proteínas, unas pocas actúan muy al comienzo del desarrollo como una “brújula” para el resto, indicando donde está la derecha y la izquierda del embrión.
Nuestro cuerpo es mayoritariamente simétrico en el exterior, pero bastantes de nuestros órganos tienen una asimetría vital para su funcionamiento (por ejemplo el corazón está a la izquierda de nuestro pecho, tenemos el pulmón derecho más grande que el izquierdo, y nuestro intestino grueso sigue una distribución de derecha a izquierda).
Estas proteínas y genes “brújula” se encargan de dirigir la formación de estos órganos en el lugar correcto del cuerpo. Existe un trastorno genético llamado situs inversus en el que estas proteínas y genes señalan los lugares invertidos en el embrión, haciendo que los órganos internos se sitúen como vistos en un espejo. A pesar de esta alteración, llevan una vida normal y no tienen por qué darse cuenta de su condición hasta que por alguna y otra enfermedad necesiten una resonancia.
La brújula invertida
En los zurdos los órganos vitales están en el sitio habitual, pero se cree que tienen la “brújula” invertida solo en las proteínas y genes implicados en la orientación izquierda-derecha del cerebro durante su formación. Lo interesante es que el cerebro es simétrico en su estructura, y es una simetría aparentemente perfecta. Sería imposible ver las imágenes de resonancia del cerebro y distinguir la imagen real de la invertida.
Por motivos que aún desconocemos y que probablemente serán debidos a sutiles conexiones neuronales invisibles en un escáner de resonancia, el cerebro es asimétrico siempre y cuando este “encendido”.
Hay regiones que se activan de manera asimétrica en situaciones concretas, por ejemplo, en personas diestras ciertas regiones del hemisferio derecho están implicadas en el control preciso de movimientos bajo un entorno controlado, y en cambio estas regiones en el hemisferio izquierdo se encargan de la búsqueda de nuevos estímulos y de la improvisación. En los zurdos esta distribución esta invertida en comparación con los diestros.
El hecho de tener dos mitades de cerebros simétricas y funcionalmente diferentes es útil para nuestra supervivencia. De esta manera nuestro cerebro puede realizar funciones de manera simultánea usando ambos hemisferios. Además, en caso de una lesión cerebral el área simétrica a la lesión es capaz de sustituir a la zona dañada realizando sus funciones (además de las suyas propias).
Por ejemplo, en casos de ictus en los que medio cuerpo se paraliza (proceso llamado hemiplejía) la otra mitad es capaz de actuar de manera independiente para evitar la muerte.
Habilidades motoras
Aunque los cerebros de zurdos y diestros son idénticos en estructura, pero con las funciones invertidas, como en un espejo, eso no resuelve la cuestión que más diferencia a zurdos y diestros: la existencia de una mano dominante.
Las regiones motoras que controlan ambos lados del cuerpo son idénticas, sin embargo, a medida que crecemos cada mano se especializa en un tipo de movimiento. La mano dominante “es buena” en la ejecución de tareas aprendidas y automatizadas, en cambio la mano no dominante actúa mejor en tareas más impredecibles o que requieran de mayor fuerza.
A pesar de esto, todos somos capaces de aprender tareas con nuestra mano no dominante siempre y cuando sea desde cero, como sucede en los deportes o al tocar un instrumento, ya que inicialmente son movimientos impredecibles. Por eso, al comenzar a aprender una nueva habilidad sin tener ni idea de la postura correcta mucha gente empieza a probar de forma no intuitiva con la mano no dominante.
Esto hace que realmente existan muy pocos zurdos o diestros estrictos, sino que tenemos ciertas habilidades que hacemos con una u otra mano (desde aplaudir hasta coger el teléfono). Por eso es posible cambiar de bando y ser adiestrado (o “azurdado”) bajo entrenamiento.
En los deportes esto es más que evidente, ya que ser zurdo puede aportar ventajas en algunos como el futbol o las artes marciales, lo que hace que curiosamente el porcentaje de deportistas “zurdos” sea mayor que en la población general (aunque en muchos casos solo sean zurdos practicando ese deporte).
Queda mucho por saber
Aun así, sigue existiendo mucho desconocimiento sobre los zurdos y los diestros. Muchos científicos se contentaron con la explicación de la imagen especular, pero otros grupos de investigación piensan que la teoría está incompleta y aún no sabemos ni el motivo exacto de por qué se forma esta imagen especular ni como nuestro cuerpo controla el reparto de la información entre los dos hemisferios.
Sin embargo, la mayoría de científicos actualmente ven a los zurdos como una desviación estadística en sus estudios de resonancia, y tanto es así que la mayoría de estudios de este tipo descartan a los voluntarios zurdos y se realizan únicamente con diestros.
El asunto tuvo tanta polémica que se publicó un llamamiento para considerar a los zurdos dentro de los ensayos como una parte representativa de la población. Y es que los estudios neurocientíficos deberían buscar respuestas sobre el ser humano, tanto zurdo como diestro.
Fuente con Licencia CC4.0: Neuronas y Centellas – Brújulas giradas (o por qué existen zurdos y diestros) por Daniel Gómez.