El bostezo es un acto reflejo originado en la médula oblongada cerca de los centros respiratorio y vasomotor. Los estímulos que lo suelen desencadenar son el estrés, el aburrimiento, cansancio o sueño. Existen muchas y diferentes hipótesis sobre el origen del bostezo, pero ninguna parece ser la definitiva.
Entre las posibles explicaciones de los bostezos está la teoría que explica que el bostezo sirve para oxigenar el cerebro. Según esta teoría, cuando el cerebro aumenta su temperatura necesita volver a la idónea y para ello uno de los métodos que utiliza es bostezar. Al bostezar, durante hasta los 6 segundos que dura, llegaría más oxígeno al cerebro.
Además, como es sabido, está íntimamente relacionado con los ciclos de vigilia-sueño aumentando su frecuencia antes y después de dormir. Se ha visto que en pacientes con Parkinson desaparece o se ve muy reducida su frecuencia.
Algunas investigaciones postulan que el bostezo es un sistema protector del cerebro inducido por opiáceos endógenos. Este sistema sería uno de los encargados de inhibir y prevenir posibles crisis epilépticas del lóbulo temporal.
Por ello están en desarrollo más investigaciones relacionadas con la epilepsia, en las que se ha comprobado que la epilepsia del lóbulo temporal, el ciclo sueño-vigilia y el bostezo, parecen compartir no solamente las mismas estructuras anatómicas, sino también los mismos mecanismos neuroquímicos generados por estos opiáceos endógenos.
Por último, algunas teorías afirman que el bostezo tiene un valor paralingüístico, que podría relacionarse incluso con la protección y la cohesión social.
Es una característica compartida con muchos animales, por lo que tiene un antiguo origen evolutivo, y se han visto incluso en embriones de tan solo 15 semanas. Sin embargo solo en humanos y algunos otros primates las neuronas espejo actúan “contagiándonos” el bostezo.
Para ello no es necesario que veamos a alguien bostezar, simplemente el hecho de hablar de ello o imaginárnoslo activa nuestras neuronas y desencadenara el bostezo. Ese es el motivo por el que al leer este breve es muy probable que hayas bostezado incluso más de una vez.
Fuente con Licencia CC3.0: Drosophila – ¿Por qué bostezamos? por Sara Pinto Morales.