En ocasiones veo Trastornos Mentales en las películas de Disney.
Una de las ventajas de tener una hija pequeña, es volver a las películas de dibujos y releer los cuentos infantiles, para poder ahora analizarlos desde otras perspectivas (bueno y porque las películas de Disney las disfruto viéndolas con ella, para que mentir).
Y es que, en esas, aprovechando que estaba malina y no fue al colegio, nos pusimos a ver la película de Tangled (Enredados), que es la historia Disney de Rapunzel.
En esta adaptación infantil, Rapunzel está atrapada en la torre, por la Bruja Gothel quien se aprovecha de los poderes mágicos del largo cabello de Rapunzel (es el Santo Grial de Indiana Jones, pero andante) haciéndose pasar por su verdadera madre.
En la película la bruja, se dedica a menospreciar todas las acciones de Rapunzel, a castigarla y culpabilizarla por todo aquello que haga, de manera que Rapunzel evita durante 18 años tomar parte en la solución de su problema.
Y claro, de formación profesional será, pero con estos detalles empezaban a aflorar los Trastornos mentales entre los protagonistas ante mis ojos.
(Dato Trivial: ¿Sabías que los cuentos originales de los Hermanos Grimm eran conocidos por su sadismo? En el caso de Rapunzel, el príncipe que la rescata y la deja embarazada, es arrojado desde lo alto de la torre por la bruja y al caer se clava unos pinchos en los ojos, que le dejan ciego, y a partir de ahí es un mendigo que vaga al borde la inanición por el desierto)
Viendo la película lo primero que se me pasaba por la cabeza era el Síndrome de Estocolmo, y lo segundo la Indefensión Aprendida, pero, ¿cuál de los dos encajará mejor?
Síndrome de Estocolmo
(Dato Trivial: El síndrome de Estocolmo, toma su nombre de un secuestro que ocurrió en el año 1973 en un banco de Estocolmo, durante el cual los rehenes estuvieron un total de 131 horas cautivos (desconozco si comieron la verdad). Lo curioso del atraco, fue que después de haber sido puestos en libertad los rehenes, parecía que habían formado un vínculo emocional con el atracador, que veían a la policía como los verdaderos enemigos. También se le conoce como Síndrome de Supervivencia de Identificación).
Es muy habitual ver su uso, en las explicaciones dadas a los comportamientos de muchos miembros de campos de concentración alemanes de la WWII, de los miembros de sectas religiosas, mujeres y niños maltratados, y por supuesto, secuestros.
Aunque no hay un consenso claro de cuáles son las características del Síndrome de Estocolmo, la mayoría de la comunidad clínica, coincide en los siguientes:
- Sentimientos negativos ante la policía o el resto de autoridades.
- Sentimientos positivos hacia su captor.
- Sentimientos positivos hacia los rehenes, por parte del captor.
¿Veis relación entre el cautiverio de Rapunzel y el Síndrome de Estocolmo? Vamos a ver ahora la indefensión aprendida, a ver si encontramos alguna diferencia…
Indefensión Aprendida
La indefensión aprendida es una condición en la que, generalmente, por repetición del castigo (o situación aversiva) acabamos por mostrarnos pasivos, inhibiendo cualquier intento por escapar de la situación.
Para que quede más claro; Rapunzel a pesar de los desprecios y la violencia con la que la bruja Gothel la trata, se muestra incapaz por si misma de escapar de la torre hasta que lo consigue hacer apoyándose en una tercera persona.
“A la indefensión se llega cuando: se expone a la víctima a peligros físicos y no se le advierte o ayuda a evitarlos, se la sobrecarga con trabajos, se le hace pasar por torpe, descuidada, ignorante etc.; la falta de afecto unido a la repetición y prolongación en el tiempo de actitudes despreciativas, acompañadas con bruscos cambios del estado de ánimo del agresor, sólo es comparable a algunas torturas.” (Miguel Lorente Acosta)
Esta situación posee un alto nivel de comorbolidad (término médico para señalar la presencia simultánea de uno o más trastornos unidos al principal –unos trastornos derivados del primero-) con depresión y con trastornos de ausencia de control.
Hay un cuento que probablemente hayáis escuchado o leído alguna otra vez, pero que me gusta mucho para relatar la indefensión aprendida: El elefante encadenado, de Jorge Bucay. Recuerda el post de “Motivos para tener motivos” rompe tus cadenas de creencias limitantes y vive.
Aunque en primera instancia, yo empecé viendo en la película un síndrome de Estocolmo (de hecho la idea para el post me surgía viendo la película ayer) finalmente creo que encaja mejor dentro de una indefensión aprendida.
De todas formas, tendré que explotar más las películas que veo con mi hija para dar a conocer los trastornos mentales. ¿Tú que crees, indefensión o síndrome de Estocolmo? ¿Conoces más películas de Disney con trastornos psicológicos?.
Fuente con Licencia CC4.0: Psicología Curiosa – Disney y su afición por los trastornos mentales por Chus Diez.