Cómo detectar mentiras (una guía de bolsillo)

detectar mentiras

La curiosidad mató al gato, ¿pero has conocido alguna vez a alguien que no sintiera curiosidad? Somos curiosos por naturaleza, pero conocer por conocer es tontería, como diría el humorista español. Imagina que estudias durante semanas para un examen y al final te dicen que el temario no sirve para nada, que es falso.

Policías interrogando a sospechosos, o políticos en conflictos internacionales, son ejemplos en los que uno no puede permitirse el lujo de perder el tiempo o creer que conoce algo para, al final, resultar ser todo una gran mentira.

Usemos un ejemplo cotidiano, estas terminando tu primera cita con un chico o chica del que apenas sabes nada pero resulta que te ha caído en gracia. ¿Ha ido la cosa bien?¿Querrá repetir? No hay mejor forma que preguntar y salir de dudas… o eso dicen. Finalmente preguntas que qué tal se lo ha pasado y todo lo que obtienes es una sonrisa y un muy bien, gracias. ¿Repetiremos?

La verdad es importante porque nos provee de información normalmente fiable y estable en el tiempo, o consolida las ideas que ya tenemos. Cuanta más información tenemos, más justos y precisos tienden a ser nuestros juicios de valores, y por extensión, nuestra toma de decisiones.

Siguiendo con nuestro ejemplo, si hemos sido unos compañeros desastrosos, nos gustaría saberlo para la próxima vez no llevar una primera cita a un concierto de música muda con palillos de dientes. ¿Por qué esforzarse en desenmascarar la mentira? ¿Por qué aprender a discernirla de la verdad? Reflexionar, preguntar o investigar, no nos sirve de nada si lo hacemos partiendo de una mentira.

Debemos aclarar la diferencia entre una mentira y algo que no es verdad (por ejemplo, por ignorancia); y para ello nos basamos en los estudios durante más de veinte años de Paul Ekman (1934 – presente). Una mentira tiene dos formas principales: (a) puede ser una ocultación o (b) un falseamiento.

Volviendo a nuestro ejemplo, nuestra cita puede estar ocultando que, aunque se lo haya pasado bien, va a bloquearnos en WhatsApp en cuanto nos demos la vuelta; o bien puede estar falseando la información, haciéndonos creer que todo ha ido bien cuando, en realidad, cuando estaba en el baño estaba en realidad intentando escaparse por la ventana.

También querremos saber distinguir entre un mentiroso y personas que, aun pareciéndose, no hacen uso de la mentira. Un mentiroso decide emplear una mentira, es consciente de que lo que dice no es cierto, y miente con un objetivo. El engañado no ha pedido serlo ni se le ha dado a entender de manera evidente, con anterioridad, que podría ser engañado.

Esto que parece evidente, no obstante, nos ayuda a distinguir el concepto de mentiroso de, por ejemplo, un actor, un ignorante, o una persona con problemas mentales.

Así pues, ¿qué podemos hacer, como potenciales víctimas de engaño, para no ser burlados? ¿Podemos entrenarnos en el arte de detectar mentiras? ¿Existe algún método infalible y corroborado?

La guía de bolsillo para detectar mentiras

Aunque no hay una forma de conocer con toda certeza si una persona miente o no, si tenemos ciertas pistas que pueden ayudarnos a desenmascararlas. A continuación, os dejamos una lista de trucos y consejos:

  1. Hazle hablar mucho. Cuanto más hable la persona, no solo tendremos más información explícita en forma de palabras, sino que habrá mayores probabilidades de que cometa errores corporales, faciales o de voz
  2. ¿Cambia algo en su voz? El tono de voz agudo, así como un mayor volumen y velocidad del habla, van asociados generalmente a emociones de temor, rabia y quizás excitación o entusiasmo. El patrón contrario se produce con el sentimiento de tristeza y, tal vez, el de culpa.
  3. El sistema nervioso autónomo (SNA) produce involuntariamente signos de emociones difíciles de inhibir y, por tanto, es un gran aliado a la hora de detectar si alguien nos miente. El aumento de la sudoración, respiración, parpadeo, así como cambios notables en la producción de saliva (bien secreción excesiva o sequedad de la boca), lágrimas o dilatación de la pupila, son todos ellos signos claros de emociones intensas.  Algunos son indicadores generales y otros están vinculados a emociones particulares (por ejemplo, las lágrimas). Aún no se ha podido concluir con exactitud si cada emoción puede asociarse a un patrón determinado del SNA (eso facilitaría mucho las cosas, ¿verdad?).
  4. Fíjate si no va al grano y busca ganar tiempo. Circunloquios, un lenguaje evasivo, pausas exageradas o repeticiones, así como deslices verbales o exageraciones injustificadas; todos ellos dejan entrever, generalmente, que algo a nivel interno no va según lo normal.
  5. ¿Finge emociones? Las expresiones faciales usan músculos que se llaman fidedignos, porque el 90% de las personas no podemos controlarlos a voluntad. Una expresión facial asimétrica implica que la expresión es de origen voluntario, en otras palabras, esa persona quiere hacernos creer que está experimentando determinada emoción; el motivo, evidentemente, no tiene porqué ser mentirnos o herirnos, pero es algo a tener en cuenta para destapar a un mentiroso.
  6. ¿Se ha quedado helado con su sonrisa? Una expresión facial que dure más de 5 segundos es sospechosa de ser fingida. Y si el gesto aparece con posterioridad a las palabras, y no al mismo tiempo o con anterioridad, es probablemente una emoción fingida. Un ejemplo claro dado por Ekman: una persona grita “¡me tienes harto!”, y entonces, después, su gesto cambia. Algo no cuadra, ¿verdad?
  7. Las microexpresiones duran un cuarto de segundo que suelen pasarnos inadvertidas y, sin embargo, suelen ser la fuente más fiable de una emoción oculta.  Una expresión abortada es, como su nombre indica, una expresión facial que a medio camino de completarse, es modificada para camuflar la verdadera emoción.

Riesgos y precauciones al buscar mentiras

detectando mentiras

Después de la teoría y leer los trucos anteriores, nos ponemos a escudriñar a la gente. Volviendo al ejemplo de nuestra cita, queremos aplicar estos conocimientos, fruncimos el ceño y miramos fijamente a nuestra víc… a nuestro sospechoso. Notamos un leve nerviosismo en nuestra pareja, quizás una sonrisa no del todo simétrica y nos esquiva la mirada. ¿Sospechoso?¿Vamos pensando en tirar de agenda para la próxima?

Hay dos riesgos principales que no pueden ser ignorados por un buen detector de mentiras. Primero, el riesgo de Brokaw, que consiste en no tener en cuenta las diferencias individuales y juzgar cada indicio de igual manera en diferentes personas. Puede que una persona sea tímida y se ponga siempre nerviosa cuando es el centro de atención o le preguntan sobre sus sentimientos; nuestra pareja podría pertenecer a este grupo.

Un segundo factor a tener en cuenta, es no caer en el error de Otelo, o lo que es lo mismo, no advertir que la gente que dice la verdad, también puede mostrar indicios de mentira. Siguiendo nuestro ejemplo, nuestro acompañante puede estar interesado en nosotros y ponerse nervioso porque quiere que no dudemos de su palabra.

Otro error común es pensar que, porque no encontramos signos en una persona, esta nos está diciendo la verdad. Tampoco podemos pensar que una persona nos dice la verdad porque las consecuencias de lo que dice sean negativas para ella; hay mentiras que se llaman altruistas, como por ejemplo un padre “confesando” para exculpar a su hijo de una condena.

Un hábil embustero puede confesar con sorna, ridiculizando la sospecha sobre él y así librándose de ella. Por último, un mentiroso puede estar curtido en la técnica de Stanislavski, que consiste en entrenarse en el recuerdo de situaciones que conllevaron, claramente, una emoción, para de esta forma simularla cuando se desee.

La detección de mentiras y las emociones (ocultas) están estrechamente relacionadas. Detectar una emoción (oculta) es clave para valorar como cierto o no lo que se nos está diciendo. Nos queda todo un mundo hasta que sepamos todo sobre cómo funcionan las emociones en nosotros, y más lejos estamos aún de conocer realmente cómo funcionan las mentiras y un mentiroso. En el mejor de los casos, hoy en día, solo podemos acumular indicios.

¿Hay expertos en mentiras?

Tras varias décadas de experimentos, Ekman concluye que algunos profesionales parecen ser mejores detectando mentiras (agentes secretos y psicólogos clínicos experimentados, por nombrar unos ejemplos), en concreto, parecen ser mejores detectando las microexpresiones.

¿Puede entonces uno mejorar, convertirse en un detector de mentiras con patas? Sin llegar a tal extremo, uno puede mejorar su capacidad de detección de microexpresiones y, por extensión, mejorar en sus habilidades para detectar cuándo le mienten y dicen la verdad.

Basado en los experimentos de Ekman, una hora de entrenamiento ya provee mejoras notables, aunque dos días de entrenamiento parecen arrojar resultados más robustos. En uno de sus estudios concluye que, tras este tipo de entrenamiento y bajo condiciones de control, los participantes de su estudio detectaban mentiras en un 80% de los casos, muy superior al 50% dado por el azar.

A raíz de sus estudios, Ekman ha desarrollado todo un paquete de aplicaciones para entrenarse en el reconocimiento de emociones y detección de mentiras.

¿Qué puedes concluir?

La detección de mentiras es un complejo fenómeno social en el que participan normalmente dos personas, el detector y el potencial mentiroso. Como especie somos pésimos mintiendo y, de igual forma, pésimos detectando mentiras.

Aun agrupando todos los indicios de la guía de bolsillo para detectar mentiras, esto solo servirá para reducir la incertidumbre sobre si una persona miente o dice la verdad; nunca, de manera absoluta, decantarán la balanza para un lado u otro. Sin embargo, con determinado entrenamiento, podemos mejorar y ponernos al nivel de los mejores profesionales.

¿Sigues sin saber si tu pareja te mentía o decía la verdad? No queda más remedio que jugársela a pedir una segunda cita.


Para saber más…

Una entrevista a Ekman (en inglés)

Referencias:

[1] Ekman, P. (2005). Cómo detectar mentiras. Una guía para utilizar en el trabajo, la política y la familia. Psicología Hoy, Paidós: Madrid.

[2] Wikipedia (2016), Bertrand Russell. Enlace web: https://es.wikipedia.org/wiki/Bertrand_Russell.

[3] Wikipedia (2016), Entropía (información). Enlace web: https://es.wikipedia.org/wiki/Entrop%C3%ADa_(informaci%C3%B3n).


Fuente con Licencia CC4.0Psicomemorias – Cómo detectar mentiras por Jose Antonio Jiménez.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio